El alma de la espada by Julie Kagawa

El alma de la espada by Julie Kagawa

autor:Julie Kagawa [Kagawa, Julie]
La lengua: spa
Format: epub
ISBN: 9786075570402
editor: Océano Gran Travesía
publicado: 2019-09-01T00:00:00+00:00


15

TÉ CON EL ENEMIGO

Yumeko

–Hakaimono va tras el pergamino del Dragón.

El silencio siguió a mi anuncio, mientras cuatro pares de ojos me miraban alarmados e incrédulos. Ante mi insistencia, nos habíamos reunido en la habitación de Maestro Jiro, con el ofuda de Reika ojou-san colocado con firmeza frente a las puertas para evitar que alguien nos pudiera escuchar. Todavía era muy temprano por la mañana, y el castillo seguía sumido en la oscuridad. Okame-san se había congelado con la boca abierta a medio bostezo, Daisuke-san parecía sombrío y las mejillas de Reika ojou-san se habían tornado mortalmente pálidas. Maestro Jiro permaneció sentado, inmóvil, en la esquina, flanqueado por Chu y Ko. Vi sus dedos marchitos apretarse alrededor de su bastón.

—¿Estás segura? —Reika ojou-san fue la primera en hablar. Su voz correspondía a la expresión de horrorizada incredulidad en su rostro—. ¿Cómo sabes que el Primer Oni va tras el pergamino del Dragón?

—Yo… tuve un sueño —ante sus miradas incrédulas, me apresuré a explicar—. Fui a Yume no Sekai, y vi… —mi rostro se encendió, recordando los otros incidentes que ocurrieron mientras estaba con el kitsune blanco en el reino de los sueños—. Bueno, Tatsumi también estaba allí —continué—. Me dijo que Hakaimono tenía la intención de buscar el pergamino del Dragón, y que debíamos detenerlo antes de que pudiera conseguirlo.

—¿El asesino de demonios se encontró contigo… en un sueño? —preguntó Daisuke-san lentamente. Okame-san estaba sentado a su lado, y de pronto me percaté de que sus rodillas casi se tocaban. Ninguno parecía apreciar esa proximidad, pero tal vez yo estaba viendo demasiado en todo aquello—. ¿Hablaste con Tatsumi-san directamente?

Asentí.

—Sé que suena ridículo, pero en verdad hablé con él.

—Pero… los demonios no tienen uso para el pergamino del Dragón —replicó Reika ojou-san—. No pueden invocar al Heraldo ni usar el Deseo. Sólo un alma mortal puede hacerlo. ¿Por qué Hakaimono querría de pronto el pergamino del Dragón?

—No es para él —dije—. Es para Genno, el Maestro de los Demonios.

Okame-san se atragantó con su calabaza de sake. Tosiendo, se inclinó al frente, jadeante y sin aliento, mientras los demás mirábamos un poco alarmados.

—Lo siento —dijo sin aliento, sentándose de nuevo. Cuando su mirada somnolienta se encontró con la mía, las lágrimas corrían por sus mejillas—. Muy astuta, Yumeko-chan —dijo—. Casi logras engañarme. Al menos ahora sabemos que era sólo un sueño.

—Lo digo en serio, Okame-san —fruncí el ceño ante el ronin, aplanando mis orejas—. El Maestro de los Demonios ha regresado, y envió a Hakaimono en busca del pergamino del Dragón. Se dirige al Templo de la Pluma de Acero mientras hablamos.

—Genno… —Okame-san dejó la calabaza de sake y me lanzó una mirada dudosa—. ¿El sujeto del que se habla en los pergaminos de historia? ¿El que organizó un ejército de demonios y de horrorosos muertos vivientes para derrocar al Imperio? ¿Cuyas hazañas fueron tan atroces que inspiraron



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.